Como fue el caso para nuestra visita a la fortaleza de Kuélap, decidimos ir a Gocta con un tour desde Chachapoyas, partiendo a las 8.30am en minibús.

Después de una hora de viaje, llegamos al pueblito de Cocachimba, donde empieza la caminata hasta Gocta.

Nos dijeron que podíamos elegir entre subir a pie o a caballo a las cataratas.

Nosotros decidimos ir a caballo, sabiendo que el camino es de unos 10 km de ida y vuelta, que representan 5 horas de caminata, con varias subidas y bajadas.

El camino atraviesa un bosque y varios arroyos, ¡y se pueden ver las cascadas a lo lejos!

Después de mas o menos 1h, los caballos ya no pueden avanzar porque el camino se vuelve demasiado estrecho y húmedo para ellos.

Los últimos 2 km se hacen a pie, lo que nos llevará un poco más de una hora contando las paradas fotográficas porque hay muchos miradores para admirar las cataratas.

Llegar al pie de Gocta es una experiencia inolvidable: ¡imagínate la fuerza de una caída de agua de más de 770m, que es de una de las cataratas más altas del mundo!

Además, en los alrededores se pueden ver mariposas, colibríes, tucanes, gallitos de las rocas, y hasta monos, con un poco de suerte.

Nos quedamos por lo menos 1h ahí, esperando que los valientes que vinieron caminando puedan, ellos también, disfrutar de este sitio mágico, y nos regresamos (2km a pie + 3km a caballo).

Llegamos al pueblo en la tarde y nos despedimos de nuestros compañeros de viaje.

Dormir en el Gocta Lodge

Esta noche tenemos el privilegio de alojarnos en el Gocta Lodge, el único hotel con una vista directa sobre la cascada.

Todas las habitaciones tienen una gran ventana y una terraza privada que da a la cascada para poder disfrutar al máximo del panorama.

¡Y ademas cuenta con una piscina infinita!

Desde el jardín se pueden ver muchos colibríes y llamas que también han venido a pasar la noche aquí.

En la noche, solo se puede cenar en el restaurante de Gocta Lodge, ya que los otros restaurantes de Cocachimba sólo están abiertos para el almuerzo.

No te arrepentirás porque la cocina es realmente muy buena (y tienes que probar su cheesecake de Oreo).

El desayuno del día siguiente nos confirmó la excelente calidad del servicio, con un buffet con zumo, yogur, tortilla, pollo, queso, cereales, pan, mermelada y mucho más.